lunes, 10 de octubre de 2011

¡VOTA PARA EXIGIR, NO POR CUMPLIR CON TU DEBER!

     La participación democrática en Colombia se ha convertido en el tema principal, siempre que se acercan elecciones presidenciales, municipales y parlamentarias; solo en estas temporadas se presenta una supuesta preocupación por parte de los líderes de partidos políticos, interesados solo en obtener un voto pero no en la participación que puedan tener las personas luego.  Teniendo como discurso central que “no debemos dejar que otros elijan por nosotros” que “votemos a conciencia” para no quejarnos luego o arrepentirnos de la mala elección que hacemos. ¿Pero será esta la verdadera preocupación de los políticos?

    
     Aunque sus discursos tienen algo de veracidad la participación democrática en Colombia es muy pobre teniendo en cuenta que cuando hablamos de participación no solo es el ejercicio del voto por alguno de los preocupados candidatos, o en su defecto la opción “voto en blanco”, sino la participación en la toma de decisiones, en reclamos a los derechos violados, pero con fundamentos y esperando el mismo involucramiento en el cumplimiento de normas planteadas en la constitución política, sumándole a esto la aplicación de los deberes morales y éticos como individuos.

     Además factores como la pobreza influyen en momentos determinantes, ya que esta problemática la manejan fácilmente los políticos a su favor para obtener resultados positivos, “manipulando” a las personas aportándoles algún beneficio a cambio de su voto. Como escribe Rodrigo Uprimny en su artículo desigualdad y democracia en Colombia, del espectador, citando a Rousseau para que la democracia subsista es indispensable que “ningún ciudadano sea tan opulento como para poder comprar a otro, ni ninguno tan pobre como para que se vea obligado a venderse”. Concluimos entonces, que para que exista verdadera democracia en Colombia se necesita primero tener un alto grado de igualdad, la cual notoriamente no tenemos y se podría empezar con algo tan simple como lo es votando limpiamente pensando en el bien común.


      Con lo anterior podemos afirmar que los problemas sociales que se viven actualmente en Colombia son políticos, por esta razón se debe desarrollar una consciencia e interés hacia la política. Según Chantal Mouffe, la política es el espacio para el poder y como sociedad, si las personas se apoderan de ella tendríamos más fundamentos y por ende más poder para ser capaces de tomar decisiones determinantes.

     La no participación supone una desigualdad proporcionada por las mismas personas que no lo hacen. Cuando derechos fundamentales como la salud, vivienda o educación no se les aplica, solo se estancan en los reclamos sin proceder a la exigencia de su cumplimiento, esto se debe al leve conocimiento de las leyes que nos amparan y porque la política simplemente les causa desanimo, justificándose en las malas experiencias que se han presentado en los últimos años, como son la corrupción, el no cumplimiento de sus discursos y esto a su vez causa una desconfianza.

     Con todo lo dicho anteriormente solo damos el primer paso para llegar a lo que Mouffe denomina “desigualdad armoniosa” aceptando una injusticia dejando que los demás decidan sobre nuestra suerte y dando pie a los políticos para que en sus campañas nos bombardeen con el mismo discurso, sin nosotros tener la posibilidad de hablar, y sí que no la tenemos, perdemos radicalmente esta posibilidad en el momento que decidimos no ser parte de la política y no participar de ella, dando vueltas siempre sobre el mismo eje “prometen y prometen y nuca cumplen”. Como sociedad podemos hacer que cumplan, si nos percatamos de adquirir un conocimiento frente a los temas de interés e informarnos políticamente, pero lo mas importante si participamos democráticamente.

Aunque esa democracia día a día se está convirtiendo en algo menos equitativo, y desaparece, el poder se está quedando solo en un grupo de personas que quieren explotarnos, tomando decisiones por nosotros y sin tener el mínimo consentimiento de aquellos que los eligen. A diario vivimos momentos no democráticos, por ejemplo el tema de la aprobación de la reforma a la ley 30 que dicta cambios para la educación en nuestro país, como el aumento de la calidad en la educación, que es un cambio positivo sin embargo afecta a los sectores vulnerables de la población, ya que, para accionar este cambio se debe acceder a la privatización de las universidades públicas. Los congresistas tomaron la decisión de aprobar dicha reforma, sin darle importancia a cuánto afecta a esas personas, ni lo que ellos piensan, ni lo que quieran para su educación, derecho que día a día se convierte en un negocio rentable. 

     La participación democrática no es solo marcar “X” en el tarjetón electoral que se nos entrega en las mesas de votación, también supone cierto grado de conciencia a la hora de elegir, y exigir cuando aquello que nuestros gobernantes nos prometieron en algún momento no nos sea cumplido. “Votemos para exigir, no por cumplir con un deber "

BIBLIOGRAFIA
Tobar, Carlos (2010). “La ciudadanía desde la democracia radical: La salida propuesta por Chantal Mouffe”.



Uprimny, Rodrigo (2011). “desigualdad y democracia en Colombia”. En: http://www.elespectador.com/desempleo/columna161464-desigualdad-y-democracia-colombia.





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